Con su blusa blanca inmaculada cerrada hasta el cuello, un crucifijo colgando en el pecho y pantalón marrón oscuro, la figura menuda de María Cecilia Teixeira se mueve con paso presuroso por las naves de la Catedral de Caracas, el templo más importante de la ciudad.
Tiene la piel clara y fina, nadie diría que acumula 72 años, 20 de los cuales los ha dedicado al servicio del altar y de los sacerdotes de esta iglesia. En la Catedral, Cecilia hace de todo un poco, sin protagonismo y con una sonrisa en el rostro.
Toca la campanilla para resaltar el momento de la consagración, se traslada al sagrario para buscar el copón con las hostias y lo lleva al altar, reparte la comunión. Sigue atenta el sermón del sacerdote para levantarse en el momento justo en el que éste termina de hablar y ofrecerle un vaso agua y también canta. Le gusta mucho cantar.
"Comencé hace más de 20 años cuando venía a rezar el rosario cada tarde, a las 4:00 p.m. y me fui quedando cada vez más tiempo y asumiendo más responsabilidades. Lo más importante de servir es hacerlo con sencillez", dice Cecilia, madre de seis hijos,cuatro varones y dos hembras, a quienes levantó gracias a su trabajo como conserje.
"Los que creemos en Dios siempre vemos el futuro con esperanza", asegura esta voluntaria. Si quieres integrar alguno de los grupos pastorales o de apostolado de la Catedral de Caracas asiste a la casa parroquial en horario de oficina, puedes formar parte del Ministerio de Música, ser catequista o lector. #Conmuévete #Voluntarios #GenteQueAyudaAOtraGente
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