Indira Corredor ha sido voluntaria una gran parte de su vida
Su primera experiencia fue con VTAJ, el voluntariado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) para la escuela de Derecho. Aquí se agrupaban estudiantes que se dirigían a los colegios del circuito fe y alegría para dar asesoría jurídica gratuita.
Este voluntariado, dirigido por el Padre Olaso en la UCAB y la UCV, despertó por Indira la llama del voluntariado: “Uno se siente realizado, en mi caso yo era una becada de la Universidad Católica Andrés Bello y yo pienso que cuando a ti te dan tú debes devolver y, sobretodo, en la comunidad en la cual vives”.
Al egresar de la Universidad, también hizo voluntariado en el Bufete De Sola & Pate donde también trabajaba. Asesoraban jurídicamente a las monjas del pueblo de Macarao.
Luego, el voluntariado estuvo ausente en su vida durante 14 años hasta que una situación particular cambia el rumbo de Indira: en 2012 le diagnostican cáncer de mama. Durante 2 años estuvo en tratamiento y en 2014 miembros de Senos Ayuda la invitan a que sea voluntaria cuando aún ella estaba en tratamiento: “cuando tú abres la puerta allí son personas que están en crisis y no sabes si tienen cáncer o si ya los diagnosticaron”.
Comenzó doblando franelas hasta que terminó atendiendo pacientes en crisis “las acompañé a elegir sus pelucas, a elegir sus prótesis, hasta llegar a dar los talleres de voluntariado”. Dio el taller de voluntariado en la Universidad Santa María y la Universidad Metropolitana, pero le faltó su alma máter, la UCAB.
Cada uno de los voluntarios de Senos Ayuda se convierte en un replicador de la información para la comunidad. Hay jóvenes que cumplen sus horas de servicio comunitario en esta institución, sin embargo, quieren que no sólo sea por este requisito, sino que les quede a los estudiantes sembrada la semilla del voluntariado.
Su misión es incidir en la lucha contra el cáncer de mama: “Mientras más temprano lo agarras, más posibilidades de sobrevivir y con mejor calidad de vida tienes”. Ellos llevan un mensaje al colegio y los liceos, lo cual es un requisito dentro del voluntariado estudiantil, que busca multiplicar la información en los colegios.
Las pacientes que llegan a Senos Ayuda buscan una mano amiga. Necesitan motivación y hablar con una persona que ya haya pasado por eso y les pueda decir qué sintieron para que ellas sepan cómo se van a sentir: “Tú te conviertes en un oído gigante, para escuchar todo lo que tienen que decir”.
La siguiente organización la que esta abogada va a tener contacto es Aconvida.
Este grupo comenzó con una serie de mujeres decididas a demostrarle al público en general que sí se puede sobrevivir, aun así te falte un medicamento. Poco a poco fue creciendo hasta convertirse en organización.
“Es una fundación que hoy en día no solamente atiende gente con la problemática de cáncer de mama, sino con cualquier tipo de cáncer y cualquier tipo de padecimiento (enfermos crónicos)”. Van los martes y jueves al JM de los ríos a llevar comida y ropa a los niños que se encuentran allí hospitalizados: “Gente que con poco hace mucho y que demuestra que, cuando tú quieres, puedes”.
Si alguien desea participar como voluntario en Aconvida o en Senos Ayuda, puede seguirlos en sus redes @Aconvida o @SenosAyuda
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